miércoles, 11 de marzo de 2009

A la deriva

Un dìa andaba a la deriva mi alma,
lejos de tus labio rojos.
Pasron años dìas, y noches,
sin sentir la tibieza de tus labios,
entonces mi alma navega a la deriva,
en un mundo inexistente ,
callado , y vacìo,
sin gente .
En la soledad,
de las calles inundadas,
del rocìo de la tarde,
en la oscuridad,
de mi corazòn,
que te buscaba,
suspirando perdido,
sin verte una vez màs,
la cortina del tiempo , cayo delante mì,
es entonces antes del amanecer,
comenzè a morir.

Lucier

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